Frida pintó este autorretrato para su mecenas, el ingeniero Eduardo Morrillo Safa, después de una operación quirúrgica frustrada en New York.
Le escribió acerca de la pintura y las cicatrices: "Con las cuales esos cirujanos, hijos de perra, me han dejado" con el mensaje "Árbol de la esperanza, mantente firme", el cuál esta escrito en la bandera, parece darse animo así misma. La frase esta formada por una de sus canciones favoritas Cielito mio.
En este cuadro vemos a dos Fridas: una saliendo del quirofano en una camilla y la otra es la de una Frida poderosa, derecha y llena de confianza. El cuadro esta divida en dos mitades, una de día y una de noche. El cuerpo magullado y sangrando está asignado al sol, que en la mitología azteca se alimenta de la sangre humana de los sacrificios. Las dos heridas de su espalda tienen eco en las fisuras del paisaje desolado que se ve atrás.
La otra Frida, que parece fuerte y optimista esta asignada a la luna, símbolo de la feminidad.
En su mano sostiene el corsé que ella "espera" de abandonar para siempre después de la cirugía.
Desgraciadamente, esta cirugía falló estrepitosamente y resulto en numerosas complicaciones. Ha sido descrita como "el principio del fin"para Frida.
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